Buenos hábitos para el bienestar digestivo
La digestión es un proceso en el que están involucrados diversos factores como la masticación, la deglución, la producción de jugos y enzimas gástricas, la bilis, la flora intestinal, etc. Y del correcto funcionamiento de todos ellos depende, entre otras cosas, el bienestar digestivo.
Por ejemplo, comer con tranquilidad, masticar bien los alimentos, con tiempo y disfrutando del sabor, facilita, y mucho, las labores del estómago, ya que se favorece la segregación de saliva y de jugos gástricos. También se evita la formación de gases, de hinchazón y de dolores estomacales que suelen producirse cuando entra aire junto a los alimentos que ingerimos.
Otra forma de evitar molestias digestivas es aprendiendo a sentarse correctamente, con la espalda erguida y haciendo pausas entre bocado y bocado. Las prisas en la mesa no son nunca bienvenidas.
En cuanto al problema del tránsito intestinal, el primer paso para regularlo pasa por incrementar el consumo de fibra y de agua. En muchas ocasiones, introduir este pequeño cambio suele ser suficiente para notar mejoría.
El tipo de comida también es determinante si queremos disfrutar de una buena digestión. Las comidas copiosas o muy ricas en grasas y las bebidas alcohólicas obligan a nuestro sistema digestivo-y al hígado en particular- a trabajar más de lo recomendable. Es mejor acostumbrarse a los alimentos fáciles de digerir como las verduras y a priorizar frente a los guisos y los fritos, las cocciones al vapor, a la plancha, al horno o hervidas.
Y si la ocasión lo requiere y un día toca comida de celebración, suele resultar muy útil tomar un suplemento que incluya en su fórmula enzimas digestivas y plantas como el hinojo, que ayuda a a reducir la sensación de hinchazón provocada por los gases.
Recordemos la famosa frase de Einstein: “Si haces siempre lo mismo, no esperes resultados distintos”. ¡Cambia tus hábitos! Seguro que tu bienestar digestivo saldrá ganando.