Las propiedades del zinc para el organismo humano.
Nuestro organismo requiere de determinados minerales, vitaminas y otros componentes para funcionar de manera correcta. Lo más importante para mantenernos sanos y fuertes es que el sistema inmunitario funcione de forma adecuada, para lo que es muy importante tener la cantidad óptima del zinc. ¿Quieres saber los beneficios de este mineral sobre nuestro organismo y cómo adquirirlo? Nosotros te lo contamos todo, ¡sigue leyendo!
¿Qué es el zinc?
Dejando de lado la química, el zinc en el ámbito biológico es uno de los oligoelementos más importantes del cuerpo y cumple diversas funciones dentro del organismo. En este sentido, se configura como un mineral imprescindible para que nuestro cuerpo pueda realizar todas las funciones normales y una deficiencia del mismo puede causar diversas patologías.
El zinc es un micronutriente esencial para nuestro organismo y es fundamental para la regeneración de los tejidos y para la síntesis del ADN. De hecho, en la infancia es muy importante obtenerlo para garantizar el crecimiento y el correcto desarrollo de los niños. Por su parte, en la edad adulta el zinc ayuda a regenerar las células, sustituyendo las antiguas por otras nuevas.
En definitiva, el zinc proporciona equilibrio en el organismo y ayuda en procesos fundamentales para asegurar nuestro bienestar. No obstante, este no se encuentra en los depósitos de reserva del cuerpo y no tenemos la capacidad de sintetizarlo, por lo que es importante obtenerlo a través de la dieta y, de ser necesario, con complementos alimenticios.
Beneficios del zinc
A continuación, vamos a hacer una lista de los principales beneficios que aporta el zinc a nuestro organismo:
- El beneficio principal es que refuerza nuestro sistema inmunitario. Es un mineral imprescindible para que el cuerpo reaccione correctamente cuando tenga que actuar frente a infecciones. Si los niveles están por debajo, el sistema inmunitario no podrá responder de manera adecuada. En época de gripe y resfriados es muy eficaz junto con la vitamina C. En este sentido, ayuda al buen mantenimiento de las barreras inmunitarias.
- Interviene en el metabolismo. Este mineral participa en cientos de reacciones enzimáticas, entre las que se encuentran aquellas que intervienen en el metabolismo de las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono. Es el motor de enzimas y hormonas, que tienen un importante papel en las actividades metabólicas.
- También actúa como un antioxidante y participa en la regeneración celular, ya que protege a las células del estrés oxidativo causado por los radicales libres. Una mala alimentación, la contaminación ambiental o el tabaco generan radicales libres nocivos para nuestro organismo. Tener la cantidad adecuada de zinc nos protege frente a estos efectos negativos.
- Desempeña una actividad en el sistema óseo, ayudando a desarrollar los huesos en los primeros años y ayudando a combatir la degeneración en la edad adulta. También tiene múltiples beneficios en la piel y en el cabello. La falta de zinc se ve reflejado en el envejecimiento prematuro de la piel, uñas y cabello.
Zinc y Vitamina C
Además de todos estos beneficios, la combinación del zinc con la vitamina C favorece su absorción. Por tanto, el aporte combinado de vitamina C y zinc es un buen aliado para fortalecer las defensas. Por un lado, la vitamina C actúa en el primer nivel de defensa del organismo conocido como respuesta inmunitaria innata y, por el otro, el zinc actúa sobre el segundo nivel o respuesta inmunitaria adaptativa, formando un gran tándem defensivo.
La vitamina C o ácido ascórbico actúa como un potente antioxidante natural que favorece el correcto funcionamiento de los procesos metabólicos en el cuerpo. Asimismo, bloquea el daño provocado por los radicales libres, estimula la producción de colágeno, ayuda al normal desarrollo y mantenimiento de los huesos y, junto con el zinc, participa en el funcionamiento normal del sistema inmunológico.
Al igual que ocurre con el zinc, nuestro organismo ni la produce ni la almacena, por lo que hay que ingerirla a través de la alimentación. Por eso, para adquirir el ácido ascórbico hay que acudir a los cítricos y para adquirir las cantidades necesarias de zinc hay que ingerir alimentos como el cacao puro, la carne roja, el marisco, los huevos, los frutos secos, las legumbres, las frutas y verduras.
Otra forma de conseguir la cantidad recomendada de este mineral es tomando complementos alimenticios, como Aquilea Vitamina C + Zinc, que ayuda a cuidar tus defensas naturales y contribuye al normal funcionamiento del sistema inmunitario. Gracias a la vitamina C podrás lidiar con el cansancio y la fatiga y protegerás tus células frente al daño oxidativo. Además, junto con el Zinc, podrás cuidar tu sistema inmunitario y superar los cambios de temperaturas. ¡Que nada te pare!