Cómo cuidar las articulaciones, las bisagras del cuerpo
Nuestras articulaciones (hombros, codos, muñecas, rodillas, etc.) son como las bisagras de una puerta: si no las cuidas adecuadamente, las fuerzas o las sobrecargas, pueden acabar funcionando mal. Y cuando decimos mal, también nos referimos a que duelan o se inflamen. Hoy te enseñaremos a cómo cuidar las articulaciones.
De todas las articulaciones del cuerpo, las que sufren más desgaste suelen ser las rodillas. Además de soportar nuestro peso, siempre están en movimiento: caminamos, corremos, bailamos, subimos y bajamos escaleras, saltamos, nos agachamos… Así todos los días, año tras año. ¡Imagínate el desgaste que pueden llegar a sufrir!
El primer consejo para cuidarlas es evitar el sobrepeso. ¡Bastante tienen con aguantar el peso justo! Si sobran unos pocos kilos, se pueden perder con una dieta hipocalórica equilibrada. Si sobran muchos, hay que consultar a un profesional de la salud antes de que sea demasiado tarde. En otra ocasión ya hablamos sobre cómo afecta el sobrepeso a las articulaciones.
Segundo consejo: no te quedes en el sofá. El ejercicio moderado es la mejor forma de mantener una musculatura adecuada. No se trata de conseguir grandes músculos, sino de fortalecerlos para que sean capaces de ayudar a los huesos a sostener el cuerpo y reducir así la sobrecarga de las articulaciones.
Tercer consejo: come sano. Más frutas y verduras y menos embutidos. Pocas grasas animales y poco alcohol. Abundante aceite de oliva crudo (para las ensaladas o en los platos de verdura) y que no falten los lácteos. Y mejor nada de tabaco, ya que parece que éste tiene un efecto dañino sobre las células del cartílago.
Cuarto consejo: pide refuerzos si es preciso. Aunque una alimentación equilibrada ya proporciona los nutrientes necesarios, podría darse el caso de que necesitaras algún aporte extra de minerales como el calcio y el magnesio o de vitaminas A, C y D. En muchos casos también puede ser beneficioso tomar algún complemento a base de colágeno; y mejor con cúrcuma, en caso que exista dolor o inflamación.
Una frase muy repetida en los ambientes sanitarios afirma que “tenemos la edad de nuestras arterias”. Es cierto. Pero no es menos cierto que también “tenemos la edad de nuestras articulaciones”. ¡Cuídalas bien para mantenerlas en forma!