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Consejos para la relajación y el estrés

Cómo prevenir y aliviar la tensión muscular por estrés

El entrenamiento deportivo frecuente es el origen de muchas tensiones, sobrecargas y contracturas musculares. Pero hay otras causas que nada tienen que ver con el deporte y que son igualmente habituales: son las malas posturas, los nervios, los movimientos repetitivos, el sedentarismo y algunos otros factores de tipo emocional.

Ante una situación estresante, algunos músculos se tensan automáticamente para preparar el cuerpo para reaccionar. Y después, cuando la situación desaparece, se relajan. ¿Pero qué pasa cuando el estrés se repite a diario? Que los músculos no se relajan y se mantienen en un estado de tensión constante, con menos flujo sanguíneo y menos oxigenación. Si además esos músculos no se mueven lo suficiente, no se estiran y no se masajean, el problema empeora y la tensión va en aumento.

Tensión muscular por estrés: síntomas más comunes

Este tipo de tensión muscular suele concentrarse en ciertas partes del cuerpo, como el cuello, los hombros y la zona lumbar. Los síntomas más frecuentes incluyen:

  • Sensación de rigidez o pesadez en los músculos.
  • Dolor localizado en el cuello, hombros o espalda.
  • Dificultad para mover ciertas áreas del cuerpo debido a la rigidez.
  • Malestar general que puede afectar el sueño y la calidad de vida.

En algunos casos, la ansiedad y la tensión muscular van de la mano, amplificando el malestar físico y emocional.

Estrés y tensión muscular: cómo se relacionan

El estrés y la tensión muscular están estrechamente vinculados, ya que las situaciones de estrés activan respuestas automáticas en el cuerpo, como la contracción de los músculos. Esto, que inicialmente es un mecanismo de defensa, se convierte en un problema cuando el estrés es constante y los músculos no logran relajarse, derivando en rigidez y dolores musculares persistentes.

En personas con tensión muscular por ansiedad, es común que estas molestias se concentren en zonas como el cuello, los hombros y la parte baja de la espalda. Además, este tipo de tensión puede exacerbar otros problemas físicos, como dolores de cabeza tensionales, aumentando la incomodidad general y afectando la calidad de vida.

El estrés crónico no solo incrementa la tensión, sino que también intensifica la percepción del dolor, creando un ciclo difícil de romper entre el malestar físico y el emocional. Reconocer esta relación es clave para abordar el problema desde un enfoque integral.

Cómo aliviar la tensión muscular

Las personas con alto nivel de estrés o nerviosismo deberían empezar por aprender a gestionarlo pues, como hemos comentado, es una de las causas principales. Y mientras se consigue, se puede ir actuando desde diferentes frentes:

  • Practicar ejercicio físico: es una de las mejores formas de prevenir y aliviar las tensiones musculares y los dolores asociados, ya que se fortalece y se oxigena la musculatura. Además, el ejercicio libera endorfinas que contribuyen a mejorar la sensación de bienestar general y el estado de ánimo.
  • Una buena postura corporal: durante el día también ayuda a prevenir tensiones musculares. En el trabajo, por ejemplo, la espalda debe estar erguida, pero bien apoyada si estamos sentados. También se aconseja cambiar frecuentemente la posición, mover los pies, levantarse frecuentemente y realizar movimientos que impliquen a los músculos del cuello y de los hombros: mover la cabeza suavemente hacia ambos lados y de arriba y abajo, levantar y bajar los hombros, estirar los brazos… La idea es evitar que se agarroten los músculos y que la sangre circule sin problemas.
  • Técnicas de relajación y estiramientos: Incorporar estiramientos en la rutina diaria no solo mejora la condición física, sino que también ayuda a aliviar la tensión muscular. Realizarlos de forma lenta, controlada y consciente permite relajar tanto el cuerpo como la mente. Al practicar estiramientos, presta atención a tu respiración, ya que una respiración profunda potencia el efecto relajante.
  • Aplicación de calor y masajes: El calor local es un gran aliado contra la tensión muscular por estrés. Una bolsa de agua caliente o una esterilla térmica aplicada durante 20 minutos puede aumentar el flujo sanguíneo y mejorar la elasticidad muscular. Por otro lado, los masajes descontracturantes realizados por profesionales ayudan a reducir las contracturas y a prevenir dolores musculares derivados del estrés.

Estrategias para prevenir la tensión muscular por estrés

Prevenir la tensión muscular por estrés requiere un enfoque proactivo hacia el cuidado físico y emocional. Implementar hábitos saludables no solo ayuda a reducir el riesgo de dolores musculares, sino que también contribuye a mejorar el bienestar general. A continuación, se presentan algunas estrategias clave:

  • Practicar técnicas de relajación: Incorporar actividades como la meditación, el yoga o la respiración profunda en la rutina diaria ayuda a disminuir los niveles de estrés y a relajar la musculatura. Estas prácticas no solo alivian la tensión muscular por ansiedad, sino que también fortalecen la conexión mente-cuerpo, reduciendo el impacto de situaciones estresantes.
  • Mantener una buena higiene del sueño: Un sueño reparador es esencial para la regeneración de los tejidos musculares y para mantener el cuerpo en equilibrio. Establecer horarios regulares para dormir y crear un ambiente propicio para el descanso pueden prevenir el agotamiento físico y mental asociado al estrés.
  • Incluir actividades placenteras: Dedicar tiempo a pasatiempos o actividades que generen disfrute ayuda a desconectar del estrés diario. El simple hecho de disfrutar un momento de calma puede evitar que la tensión muscular por estrés se acumule.
  • Mejorar la postura y el movimiento diario: Mantener una postura adecuada y realizar pausas activas durante el día es crucial. Estiramientos suaves, movimientos que favorezcan la circulación y evitar posiciones estáticas prolongadas pueden prevenir la aparición de tensiones musculares por estrés.
  • Utilizar productos de apoyo: Considerar el uso de productos naturales, como aceites esenciales relajantes o complementos alimenticios, puede ser útil para favorecer el bienestar físico y mental. Aunque no son un sustituto de los hábitos saludables, estos recursos pueden contribuir a aliviar la sensación de malestar muscular derivada del estrés y la tensión muscular. Por ejemplo, Aquilea EnRelax Forte ofrece una solución natural en forma de comprimidos para ayudar a favorecer la relajación durante el día en momentos de estrés ocasional.

En resumen, la tensión muscular por estrés es una respuesta común del cuerpo a las exigencias diarias, pero puede evitarse y gestionarse con los cuidados adecuados. Desde reconocer los síntomas hasta implementar estrategias de prevención como el ejercicio, la relajación y los buenos hábitos posturales, es posible romper el círculo del estrés y las tensiones musculares. Cuidar tanto el cuerpo como la mente es clave para reducir el impacto del estrés en tu vida y disfrutar de una mejor calidad de vida.

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