Cómo detectar y gestionar el estrés emocional
El estrés es una respuesta adaptativa de nuestro organismo para poder reaccionar ante determinados retos y situaciones. Nos permite también huir de situaciones peligrosas, estar alerta ante una emergencia inmediata… Pero el estrés no siempre cumple con esa función positiva de protección.
Hay determinados momentos en que podemos sentir una sobrecarga de estrés, una fatiga emocional que tiene consecuencias tanto en el plano físico como en el plano mental.
El estrés emocional puede aparecer por algún acontecimiento negativo concreto que haya superado a la persona, por la acumulación de pequeños problemas o bien simplemente porque el afectado tiene una personalidad que lo predispone a ello. Suele tratarse de personas muy exigentes consigo mismas, con baja autoestima y una necesidad alta de controlar todo lo que acontece en su entorno, por lo que están en alerta de forma permanente.
Síntomas del estrés emocional
Es importante detectar el estrés emocional, pues puede tener efectos más graves Estos son sus síntomas:
- Imposibilidad de afrontar las situaciones cotidianas.
- Cambios de humor repentinos.
- Falta de motivación, incluso para actividades que antes resultaban placenteras.
- Confusión y forma apresurada de realizar las actividades.
- Problemas de sueño.
- Alteraciones con la comida (habitualmente, comer de forma desordenada e insana).
- Somatizaciones: dolores de estómago, de cabeza, reacciones en la piel…
- Ansiedad, ataques de pánico o depresión pueden también acompañar al estrés emocional.
Cómo gestionar el estrés emocional
Tanto si el estrés emocional ha derivado de un problema concreto como de una personalidad que tiende a la ansiedad, conviene actuar para controlarlo.
Estas son algunas pautas que ayudan:
- No te sobrecargues. Si sufres estrés emocional, debes empezar a cuidarte eligiendo aquellas actividades y tareas que sean realmente imprescindibles. No pretendas controlarlo todo. Hay que delegar.
- Pide ayuda. Muchas personas sometidas a estrés emocional no cuenta con la ayuda que necesitan por su comportamiento. Se muestran irritables o enfadadas permanentemente y esto aleja a los demás en lugar de atraerlos para recibir el apoyo que se precisan. Sé sincero, confiesa que estás pasando por un mal momento y acércate a personas que puedan ayudarte a salir de esa situación.
- Relájate ante lo cotidiano. Aprende a no tener el control de todo lo que sucede. Entiende que habrá situaciones que salgan mejor o peor, no intentes resolverlo todo. No pretendas que todo sea perfecto.
- La meditación y la relajación son perfectas para rebajar el nivel de tensión emocional. Practica cualquiera de ellas.
- Lleva un estilo de vida saludable. Es muy importante dormir las horas suficientes, alimentarte bien y seguir una rutina diaria de ejercicio físico moderado, como andar.
- Realiza actividades que te resulten placenteras: bailar, ir al cine, quedar con amigos…