¿Por qué duermes pero no descansas?
A todos nos ha pasado alguna vez: nos vamos temprano a la cama, apagamos la luz e intentamos quedarnos dormidos con la esperanza de despertar como nuevos tras varias horas de sueño reparador; sin embargo, a la mañana siguiente nos levantamos y descubrimos que estamos tan cansados o más que la noche anterior. Entonces, surge la pregunta: ¿por qué duermo pero no descanso nada?
¿Por qué duermo pero no descanso?
La cantidad de sueño es importante, pero no lo es menos su calidad. Al igual que necesitas dormir entre siete y nueve horas para que tu cuerpo descanse, también necesitas que una cierta proporción de ese sueño (entre el 20% y el 60%, según los expertos) lo que se conoce como "sueño profundo". Porque, cuando falta este sueño profundo, es cuando duermes pero no descansas.
La importancia del sueño profundo en el descanso
El sueño profundo es la fase del sueño en la que las ondas cerebrales se ralentizan y todo el cuerpo puede descansar. El sueño profundo permite al cuerpo y al cerebro recuperarse completamente del día anterior y prepararse para el día siguiente. Es vital para que los procesos de memoria y cognición funcionen correctamente y para tener energía y vitalidad para toda la jornada.
El sueño de mala calidad, en cambio, no es reparador; afecta al humor, la productividad y puede provocar problemas a largo plazo como la hipertensión, la diabetes, los accidentes cerebrovasculares e incluso la insuficiencia cardiaca.
Síntomas del sueño de mala calidad
Cuando duermes, pero no descansas es porque la calidad de tu sueño no es buena y el cerebro no tiene las condiciones adecuadas para realizar su trabajo de recuperación y regeneración que pone el cuerpo en marcha para el día siguiente. Los síntomas de que no estás descansando correctamente son:
- Dar vueltas en la cama durante toda la noche tratando de acomodarse, incluso mientras duermes.
- Seguir siendo consciente de tu alrededor: percibes cualquier ruido en casa o en la calle, la luz que se cuela por las rendijas, frío, calor…
- Agitación constante porque la mente va a mil por hora.
- Sueños angustiosos y muy vívidos.
- Despertarse accidentalmente varias veces
- Imposibilidad de volver a dormirse rápidamente tras un despertar inesperado.
- Ronquidos fuertes o episodios de ahogo al respirar (puede ser indicativo de apnea del sueño).
- Movimiento notable de las extremidades, pudiendo llegar a levantarse de la cama (puede ser indicativo de sonambulismo).
- Rechinar los dientes (bruxismo relacionado con el sueño).
- Cansancio, agotamiento y falta de concentración durante el día.
Causas por las que duermo pero no descanso
Las causas que pueden hacerte dormir y no descansar son numerosas y diversas. Todo aquello en el día a día que afecta a tu estado mental y físico puede alterar tu sueño, al igual que los trastornos del sueño o los malos hábitos de sueño. En concreto, las principales causas son:
- El estrés y la ansiedad pueden mantener la mente de una persona acelerada y hacer que se sienta incapaz de relajarse y conciliar un sueño de calidad. El dolor, la tristeza y la depresión también pueden influir de forma perjudicial en el sueño.
- La cafeína, la nicotina y otros estimulantes pueden hacer que el cerebro y el cuerpo se sientan excitados y no preparados para dormir. El alcohol y los sedantes, aunque provocan somnolencia, alteran los ciclos normales del sueño y pueden hacer que el sueño nocturno sea agitado incluso después de dormirse rápidamente.
- Un dormitorio o un entorno poco propicio para dormir bien también pueden contribuir al sueño de mala calidad. Un colchón incómodo, mucho ruido o luz, o un exceso de calor o frío pueden interferir a la hora de conciliar el sueño o permanecer dormido.
- El dolor crónico, la menstruación, las enfermedades pulmonares y los problemas cardíacos son afecciones que pueden interrumpir el sueño. El dolor, sobre todo, y la incapacidad para estar cómodo en la cama, pueden asociarse a menudo con un sueño intranquilo.
¿Qué puedo hacer para dormir y descansar mejor?
Dormir bien y descansar lo suficiente es esencial para tener una buena salud física y mental; pero, como ya hemos visto anteriormente, no siempre resulta sencillo y muchas personas tienen dificultades para conciliar el sueño y para dormir del tirón toda la noche. Aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte a mejorar tu calidad de vida en general y a que nunca más tengas que decir aquello de “duermo, pero no descanso”.
- Establece una rutina de sueño: Intenta ir a la cama y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayudará a regular tu reloj interno y a establecer un patrón de sueño saludable.
- Crea un ambiente de sueño adecuado: Asegúrate de que tu habitación esté oscura, fresca y tranquila. Usa tapones y un antifaz para dormir para bloquear la luz y asegúrate de que la temperatura de la habitación sea agradable para ti.
- Desconéctate de las pantallas: Evita usar dispositivos electrónicos como teléfonos, tabletas o computadoras antes de acostarte, ya que la luz azul que emiten puede interferir con tu reloj interno y hacer que te cueste conciliar el sueño.
- Haz ejercicio diariamente (pero no antes de dormir): el cansancio físico y la liberación de endorfinas que se producen al hacer deporte facilitan el descanso.
Incluyendo estos hábitos en tu rutina podrías ver un impacto positivo en el sueño, aunque en ocasiones es necesario tomar algún complemento alimenticio que ayude a regular el ciclo de sueño-vigilia. Aquilea sueño forte es un comprimido tricapa con 99% de ingredientes naturales, que te ayudará a conciliar y a mantener un sueño de calidad durante toda la noche.
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- Melatonina como ingrediente clave, que es esencial para regular los ciclos de sueño.
- Valeriana, con propiedades sedantes y relajantes, que facilita el proceso de conciliación del sueño.
- Pasiflora, que ayuda a mantener un descanso profundo.
- Amapola de California, que contribuye al sueño reparador.