¿Es mejor cantidad o calidad de sueño?
El sueño es el estado de reposo que se caracteriza por la suspensión de la actividad consciente y los movimientos voluntarios. Un comportamiento que se alterna, en la mayoría de los mamíferos, con el período de actividad o vigilia. De hecho, es una de las actividades a las que más tiempo se dedica a lo largo de la vida, aproximadamente un 35% del total.
Durante el sueño se regulan las funciones intelectuales, mentales y emocionales de nuestro organismo. Es lo que se denomina tener un sueño reparador. Al dormir se procesa la información del día y se organizan los recuerdos o las ideas. A nivel físico se recupera el equilibrio energético y molecular, mientras descansan sistemas vitales como el corazón y el sistema vascular. También durante el sueño se equilibran los niveles hormonales, se renuevan las células o aumenta la masa muscular.
Un sueño reparador es la combinación de dos parámetros: la cantidad y la calidad del sueño.
La cantidad de sueño
La cantidad de sueño se refiere al número de horas que dormimos en un día. No se trata de un número fijo. Las diferentes personas necesitan un número de horas variables para que su mente funcione correctamente y para disfrutar de una buena salud.
Los niños pequeños necesitan muchas horas de sueño al día. De hecho los bebés, suelen dormir de 16 a 18 horas, y los niños en edad infantil de 10 a 12 horas. La mayoría de adultos requieren, sin embargo, algo menos. 7 u 8 horas de sueño al día suelen ser suficientes, aunque algunas personas pueden necesitar hasta 9 horas o más.
La calidad del sueño
Además de cuánto tiempo dormimos, la calidad del sueño es también una cuestión esencial. Este parámetro se relaciona con dormir bien y con que nuestro organismo tenga un buen funcionamiento durante el día. La calidad del sueño está basada en toda una serie de aspectos cualitativos, como la latencia del sueño o el número de despertares nocturnos, y otros más subjetivos, como la profundidad del sueño o su capacidad reparadora.
El sueño se encuentra dividido en ciclos compuestos por 5 fases diferentes. Cada una de ellas está relacionada con un momento del proceso reparador que el organismo lleva a cabo al dormir.
- La fase 1 dura unos minutos y representa el inicio del ciclo del sueño, la pérdida de consciencia y control sobre el cuerpo, y la reducción de la actividad cerebral.
- La fase 2, aun siendo una fase intermedia entre la vigilia y el sueño, es algo más profunda que la anterior. Dura hasta 15 minutos y aparece el ritmo sigma y los complejos K que evitan que nos despertemos con los ruidos ambientales.
- La fase 3 y 4 son las del sueño profundo y eficaz, con la aparición de las ondas lentas y los ritmos Delta.
- La fase 5 o fase REM es cuando el cerebro se encuentra en su máxima actividad. Empieza aproximadamente unos 90 minutos después de quedarse dormido y es donde se tienen los sueños.
Para un sueño reparador y de calidad se debe completar el ciclo completo entre tres y siete veces. Estímulos externos, como tensiones, preocupaciones o el estrés del día a día, y estímulos internos, como las pesadillas, o alteraciones como el insomnio, pueden afectar a la calidad del sueño y alterar sus ciclos. Algo que puede repercutir en nuestro bienestar.
¿Es mejor cantidad o calidad de sueño?
La respuesta a la pregunta, de si es mejor cantidad o calidad de sueño, es sencilla. La calidad es mucho más importante que la cantidad para la salud de nuestro organismo. Dormir un número de horas es fundamental, pero más aún lograr un descanso reparador durante esas horas.
De hecho, si a pesar de dormir un número mayor de horas, el sueño se rompe en alguna de las fases y no se completan los suficientes ciclos, la calidad del sueño y por lo tanto del descanso serán menores. Esta es la razón por la que a pesar de haber dormido 10 horas o más, podemos encontrarnos cansados al día siguiente; mientras que habiendo dormido 6 horas, podemos encontrarnos perfectamente descansados.
Hacer ejercicio, evitar tensiones y preocupaciones, cuidar la postura y el ambiente donde dormimos o evitar hábitos tóxicos que puedan alterar el descanso, como el alcohol, el tabaco o utilizar pantallas y aparatos electrónicos antes de irse a dormir, pueden ayudar a mejorar la calidad del descanso. También comprimidos como Aquilea Sueño Compact pueden ayudar a favorecer el sueño de manera natural, gracias a su nueva tecnología bicapa que libera activos en dos momentos diferentes. Con su primera capa se libera melatonina, cuyo papel al inicio del proceso de sueño es fundamental. Con su segunda capa, se liberan extractos de valeriana, pasiflora y amapola de california, que contribuyen a tener un sueño reparador durante toda la noche.
Cantidad y calidad de sueño son esenciales para reparar nuestro organismo y hacer que estemos descansados y en plena forma para nuestro día a día desde el punto de vista físico, emocional e intelectual.
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