5 consejos para la siesta perfecta
¿Existe la siesta perfecta? Sí, pero con ciertos requisitos imprescindibles para que se cumpla. Factores tan importantes como el momento en el que la realizamos, la duración o el lugar de la misma.
A continuación os dejamos con 5 consejos para conseguir tener una siesta perfecta:
1. Lo bueno si breve, dos veces bueno
Es muy importante controlar el tiempo que pasamos realizando la siesta. No podemos echarnos a dormir y esperar a despertarnos de forma natural. Para que la siesta sea realmente efectiva lo aconsejable es que dure alrededor de 25 minutos. Si excedemos ese tiempo corremos el riesgo de romper el sueño profundo al despertar y notar una sensación de cansancio o aturdimiento.
2. En la oscuridad no hay monstruos, hay relax
En la medida de lo posible debemos encontrar un lugar donde podamos simular de la mejor manera el sueño nocturno. El cerebro debe prepararse para dormir, y con intensidad lumínica es muy difícil que eso pase.
3. Silencio en la sala, por favor
No tener distracciones ni factores estresantes es muy importante. Mucha gente hace la siesta con la tele de fondo, pero eso no ayuda a desconectar el cerebro. Contra más controlemos el ruido, mejor descansaremos.
4. La mente en blanco, siempre
Para que el descanso sea total es vital no llevarse las preocupaciones a la siesta. Una buena forma para evitar eso es realizar una pequeña lista con las tareas que deberemos hacer al despertar la siesta. Debemos pensar que este pequeño descanso es como un oasis en medio del desierto. Hay que aprovechar para refrescarse, luego ya vendrá de nuevo la travesía.
5. Tumbarse no es una opción, es una obligación
La posición ideal para el descanso es estar tumbado. Nada de aprovechar las cabezaditas cuando estamos en el sofá viendo la tele. De hecho es el doble de difícil conciliar el sueño en una posición que no sea tumbado.
Siguiendo estos consejos tendremos muchas más opciones de conseguir una siesta perfecta y descansar para afrontar el resto del día. Para acabar, una curiosidad; ¿sabíais de dónde proviene la palabra “siesta”? El término lo acuñaron los romanos porque en su “sexta hora” era cuando realizaban la siesta.